Apertura y Velocidad
Para disparar en modos semiautomático y manual básicamente hay que saber cómo funcionan 2 factores: Apertura y Velocidad.
La Apertura representa a la cantidad de luz, el ejemplo más claro sería imaginar una tubería de agua, con más o menos caudal de agua, dependiendo del ancho de la tubería ( más ancha más agua, más estrecha menos flujo de agua ).
Cuando la apertura es más grande entrará más caudal de luz, y la imagen será más clara ( incluso puede quedar sobreexpuesta ), cuando la apertura es más reducida llegará menos luz y la foto será más oscura ( pudiendo llegar a quedar subexpuesta o corta de luz ).
Para explicar la velocidad hablaremos también del Obturador. El Obturador es una pieza que va entre el objetivo y el sensor, y que impide que la luz que entra por el objetivo pueda llegar al interior de la cámara. Siguiendo con el ejemplo de la tubería de agua, el obturador sería como un grifo, que cuando se abre deja penetrar la luz.
El obturador permanece abierto un tiempo breve, generalmente una fracción de segundo, y cuando piensa que la luz que ha entrado es suficiente se vuelve a cerrar, tapando y protegiendo el sensor de la luz. Este breve tiempo es lo que conocemos por Velocidad de obturación o de disparo.
La Velocidad por lo tanto es el tiempo (en milésimas de segundo, o en segundos..) que el obturador se mantiene apartado permitiendo el paso de la luz por la Apertura. Cuanto mayor sea ese tiempo, mayor cantidad de luz alcanzará el interior de la cámara, y cuanto menor sea ese tiempo, menor cantidad de luz.
En fotografía, cuanto más tiempo se deja a la luz entrar, más luz se consigue, luego más luminosa será nuestra foto. Y viceversa: si queremos una fotografía con menos luz, tendremos que hacer que el tiempo sea menor.